Esta tristeza parpadea, se bifurca y a ratos se vuelve
olvidadiza porque así es como presiento la vida. Como si parpadeara dentro de
un sueño y es así como me deja levantarme de la cama todos los días. La mayoría
de mis tristezas se han pintado en tonos de acuarela al mencionarlas, han
convertido en espuma días de lluvia, han resquebrajado júbilos de bohemia. Ella
se ha encontrado a sí misma melancólica y herida.
La tristeza de una mujer triste no son las tristezas de una escritora. Hay una que tiene menos años pero vivió más y tiene la capacidad de escribir entre líneas con exactitud los detalles.
Nos hace conocer caminos extintos, llenos de temblores, cálidos en su época, llenos de sombras hoy.
Podría ser que no vivo dentro de mí, tampoco vivo en la vida de otros y quizá tampoco viva cuando escribo.
Hay veces que siento he dejado mi vida colgando en letras-como las rayuelas de niña o los cuentos de papá en las viñas- hay hojas muy viejas desprendiéndose de mis libros favoritos, se van a morir pronto pero también hay alguien dentro de mí dándoles otra oportunidad.
Mi tristeza es otra vida aparte, hecha de todo lo que he vivido: todo lo que puede vivir una escritora.
La tristeza de una mujer triste no son las tristezas de una escritora. Hay una que tiene menos años pero vivió más y tiene la capacidad de escribir entre líneas con exactitud los detalles.
Nos hace conocer caminos extintos, llenos de temblores, cálidos en su época, llenos de sombras hoy.
Podría ser que no vivo dentro de mí, tampoco vivo en la vida de otros y quizá tampoco viva cuando escribo.
Hay veces que siento he dejado mi vida colgando en letras-como las rayuelas de niña o los cuentos de papá en las viñas- hay hojas muy viejas desprendiéndose de mis libros favoritos, se van a morir pronto pero también hay alguien dentro de mí dándoles otra oportunidad.
Mi tristeza es otra vida aparte, hecha de todo lo que he vivido: todo lo que puede vivir una escritora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario